En una jornada donde el clima intentó ser el protagonista, Central Norte demostró que la adversidad solo fortalece su espíritu. Con un gol de Emiliano López, el “Cuervo” se alzó con una victoria por la mínima diferencia ante Sol de América, en un partido que quedará grabado en la memoria de los aficionados por el mal estado del campo de juego.

Desde el inicio, el equipo local buscó imponer condiciones en un terreno que más parecía una trampa de barro que un campo de fútbol. La lluvia, incansable, había convertido el césped en un desafío de resbalones y esfuerzo doble. A pesar de las embestidas de Sol de América, la figura de Rodríguez se erigió como un muro infranqueable, negando cualquier intento de invasión a su arco.

El primer tiempo se consumió en un tira y afloja, con Central Norte intentando, sin cesar, encontrar el camino hacia la red rival. Pero fue en la segunda mitad cuando el destino del encuentro se decidió. Con los ajustes tácticos del Tano, ahora bajo la batuta de los hermanos Zamarián, el equipo encontró su momento de claridad en medio del caos.

A los 17 minutos, emergió la figura de Emiliano López, quien con un testarazo certero, rompió la paridad y puso en ventaja al cuervo. Ese gol no solo abrió el marcador, sino que también abrió la esperanza y la determinación del equipo de Barrio Norte para seguir generando peligro, manteniendo a raya a un Sol de América que, aunque intentó reaccionar, no logró concretar.

El pitazo final selló un triunfo no solo contra un rival, sino contra las inclemencias del tiempo. El cuervo demostró que ni la lluvia ni el barro pueden apagar la pasión y la garra que caracterizan a este equipo. Ahora, con la mirada puesta en el próximo desafío contra Crucero del Norte, Central vuela alto, con las alas manchadas de barro, pero con el corazón limpio y victorioso.

 

¡Vamos, Cuervo!

 

Foto: Gentileza Prensa Sol de América