Central Norte se quedó con el clásico salteño y silenció a todo un estadio, el cuervo venció 2-0 a Juventud Antoniana con goles de Matías Sánchez y Diego Magno, en un partido que tuvo cuatro expulsiones y mucha tensión. Los dirigidos por Riggio se mostraron más sólidos y aprovecharon los errores del santo, que no pudo reaccionar.
El clásico salteño de verano entre Juventud Antoniana y Central Norte no fue un simple amistoso, sino un duelo con mucha intensidad y fricción. Los dos equipos buscaban llegar con ritmo al debut en el Federal A, pero también querían quedarse con el orgullo y el prestigio de ganar el clásico de verano. Sin embargo, el equipo de Barrio Norte fue más efectivo y se llevó el triunfo por 2-0, ante un estadio Martearena con hinchas antonianos, que se quedaron con la bronca y la decepción.
El partido empezó parejo, con los dos equipos tratando de imponer su juego y su actitud, pero sin generar demasiadas situaciones de peligro. Los de Montemurro, que llevaban menos tiempo de preparación, intentaban sorprender con la velocidad de sus delanteros, mientras que Central, que tenían más rodaje, apostaban por el orden y la presión. Sin embargo, fue el cuervo el que pegó primero, aprovechando un error garrafal del santo en una salida desde el fondo. A los 25 minutos, Emiliano Blanco robó una pelota en el medio y se escapó por la derecha, para luego asistir a Matías Sánchez, que solo tuvo que empujarla al fondo de la red.
El gol fue un baldazo de agua fría para Juventud, que sintió el impacto y no pudo reaccionar. Para colmo, a los 35 minutos se desató una gresca entre los jugadores, que terminó con las expulsiones de Walter Bracamonte, por el lado del santo, y Juan Huichulef, por el del cuervo. Tres minutos después, otra patada criminal de Paparelli le costó la roja al defensor de Central, que se quedó con nueve hombres.
En el segundo tiempo, Juventud salió con todo a buscar el empate, sabiendo que tenía un hombre de más. Sin embargo, el santo no tuvo claridad ni profundidad para generar peligro, y se encontró con un Central que se defendió con uñas y dientes, y que además tuvo algunas chances de contraataque. A los 29 minutos, Luciano Arraya cometió una falta innecesaria y se fue expulsado, dejando a su equipo también con nueve. Fue el principio del fin para Juventud, que ya no tuvo fuerzas ni ideas para revertir el resultado. En el tercer minuto de descuento, Diego Magno, que había ingresado en el segundo tiempo, selló el 2-0 con una gran definición, que hizo estallar a los pocos hinchas del cuervo que habían ido al Martearena, y que silenció a los del santo, que se fueron con la cabeza gacha y la amargura de perder el clásico.
La revancha será el próximo domingo con nuestra gente de local a partir de las 17 horas en el estadío Padre Ernesto Martearena.
Foto: Leandro Herrera